Desde que el mundo es mundo, la música siempre ha sido
considerada como una de las manifestaciones artísticas más puras y expresivas de
las que gozamos. Con el paso del tiempo, esta forma de arte pasó a ser
concebida como una carrera y, por ende, como una profesión. Los mecenas y
monarcas mantenían y pagaban a gente dotada que había estudiado música para
que les compusieran magníficas piezas y las interpretasen en sus fiestas,
reuniones o misas. No obstante, solo unos pocos privilegiados podían disfrutar
de la música y esta no llegaba nunca a estar en el mercado, o al menos en un
mercado lo suficientemente amplio.
Pero no me quiero remontar tampoco al año de la pera, así que vamos
a avanzar hasta finales del siglo XIX/principios del XX. Nos encontramos una
época donde ya se empiezan a ver claramente los efectos de la industrialización
en casi todos los ámbitos: las calles de la ciudad se han llenado de obreros y
fábricas, el campo se ha vaciado, las máquinas y mejoras están cambiando para siempre la
sociedad; pero centrándonos en lo que nos concierne ahora: es la época del
nacimiento de la industria musical. Este momento va a marcar un antes y un
después en la historia de la música, es aquí cuando los compositores y editores
toman conciencia de que pueden proteger los derechos sobre sus obras y comercializarlas
al gran público. Ese día nace una nueva vertiente de la música, que es la que
predomina hoy en día y tiene toda pinta de seguir a la cabeza: la música como
producto.
Como era de esperar, este negocio tuvo un éxito rotundo, millones
de personas vieron este hecho como una oportunidad de satisfacer su necesidad
de escuchar música. Ya no necesitabas ir a un club de jazz o al auditorio a
escuchar música (lugares con aforos limitados y donde si llegabas tarde o te
tenías que marchar antes, te ibas a perder parte de la función) ahora eras tú el
que podía elegir dónde y cuándo escuchar música. Esta fiebre afectó tanto a la
población que el precio de la música grabada fue rápidamente superior al de la
música en vivo, manteniéndose así hasta entrados los años 70. Y es que ciertamente
esto es algo inconcebible hoy en día, dónde hay discos que puedes comprar en
fnac por 5 € mientras que hay conciertos, cómo aquel épico recital de los
Rolling Stones al que tuve la suerte de ir, que superan los 100 €. He aquí la prueba:
109 € amigo, mirando desde atrás solamente puedo decir que
valió la pena…
Y una vez que la música se ha convertido en producto, ha de
tener marketing detrás de ella. Durante estos primeros años nos encontramos con
lo que parece ser, siguiendo la terminología de Kotler, un marketing 1.0. Por
un lado, tenemos a los consumidores, fascinados por esta nueva dirección que ha
tomado la música, quieren disfrutar de ella y de sus múltiples ventajas y ponen
todo su empeño en ello, antes que en informarse. A su vez, las primeras
discográficas también se centran casi exclusivamente en la venta y desarrollo
del producto. Aquí te dejo algunas imágenes de cómo eran “las portadas” y
el diseño de los discos que se ponían en los gramófonos por entonces:
Como puedes ver Columbia era una de las grandes discográficas pioneras. El diseño básico de los discos (que era lo que los consumidores ponían en su casa) y el contraste con el colorido de las portadas (lo que veían los consumidores al ir a comprar las grabaciones) ilustra la dirección de este marketing "primitivo" del mundo de la música.
Te dejo con un clásico para rematar, ¡hasta la siguiente!
Querido lector, hoy te vengo a hablar acerca de los jingles.
Por si quizás no lo sabías, un jingle es una melodía original, normalmente
pegadiza, compuesta para llevar un mensaje publicitario en su letra. Y es que,
sin duda, la música es un aspecto crucial cuando estás anunciando un producto
en medios como la TV, Internet o la radio; es por eso que el uso de un jingle
puede ser una forma muy hábil de hacer comercializar un producto, aunque
también hay que saber cuándo recurrir y no cuándo no recurrir a esta técnica. Como ahora veremos, el
plus que te da el uso de estas “cancioncillas” a la hora de hacer marketing de
un producto consiste en que te permiten definir mucho mejor tu producto por
medio de la música, que va más allá de donde un simple anuncio llega, y también
te ayudan a diferenciar y reconocer rápidamente el producto y la marca. Para
explicarte mejor este concepto de “anuncio musical” que viene a ser el jingle
te traigo cinco grandes ejemplos, algunos de los cuáles probablemente conozcas.
5. Marcamos
las normas. Desperados
Empecemos con este anuncio que la marca de cerveza
Desperados realizó en 2015 para su emisión en anuncios en Internet.
He escogido este anuncio porque, independientemente de que
la gente se sienta más o menos identificada, va dirigido a la gente de mi
generación. El mensaje de la canción es claro: los jóvenes actuales somos una
generación enérgica, a la que le gusta la fiesta y el disfrute, pero que
también tiene sus sueños y aspiraciones y está dispuesto a trabajar por ellas.
Este significado que posee la canción quiere llamar la atención de los jóvenes,
los cuales forman una parte importante del mercado de consumidores de cerveza,
y colocar a Desperados como una de esas marcas jóvenes con las que se pueden
sentir identificados la generación de jóvenes actual.
4. Things
go better with Coke. Coca-Cola
Dicen que es casi imposible hablar de marketing sin
mencionar en ningún momento a Coca Cola, y es que la compañía de Atlanta es
toda una experta cuando llega el momento de comercializar sus productos.
Durante los años 60 alguien tuvo la genial idea de elaborar una campaña publicitaria
a base de jingles y se decidió contratar a artistas de primera categoría. RoyOrbison, Neil Diamond, Otis Redding, Ray Charles & Aretha Franklin, entre
otros colaboraron grabando estos breves anuncios bajo el eslogan “Things go better
with Coke”. El resultado es increíble, los jingles evocan a los maravillosos temas
de estos músicos, incluso melódica e instrumentalmente. Si hasta Otis Redding
piensa que el mundo es un lugar mejor con Coca Cola, ¿por qué no va a ser
cierto?
3. San Juan. Estrella Damm
Le toca el turno ahora a uno de mis anuncios favoritos. Aunque
en sentido estricto no se puede considerar un jingle, puesto que la canción fue
compuesta antes y de manera independiente del anuncio, también es verdad que la
banda que toca la canción no es un grupo muy conocido (y menos lo era por
entonces) y que para hacer el anuncio se reunió de nuevo al grupo para que
interpretaran esa canción en el anuncio. Todo esto ha llevado a que la canción sea
conocida vulgarmente como “la canción del anuncio de Estrella Damm”, por lo
que, a efectos de esta entrada, cuela como jingle.
¿Pero que nos quiere vender este anuncio? Estrella Damm es
una cerveza cuyo mercado directo se encuentra en la costa levantina y las islas
Baleares, de ahí su eslogan “Mediterráneamente”, de ahí que todos los veranos intente
y consiga volver a relacionar su producto con el Mediterráneo español de maneras
asombrosas. Y lo alucinante es que esta música de “buen rollo” concuerda a la
perfección. Cualquiera que haya estado en las islas Baleares en verano (especialmente
en Menorca, que es donde tiene lugar el anuncio) sabrá bien que es lo que quiere
transmitirnos este anuncio: verano, enamorarse, barco, descansar, disfrutar…
Voy a dejarlo ya antes de que me ponga nostálgico.
2. La canción del Cola Cao. Cola Cao
La canción que todos sin excepción hemos oído y cantado alguna vez en nuestra niñez. Es el ejemplo perfecto de jingle, una canción sencilla, pegadiza y que te describe las cualidades y demás características del producto. El Cola Cao ha sido y lleva siendo de toda la vida una bebida de desayuno y merienda dirigida a los más pequeños (o no tanto), su alto contenido en cacao y vitaminas le hacen una bebida idónea para dotar a uno de fuerzas a la hora de hacer deporte. ¡Qué más quieren! ¡Disfruten!
1. I´d like
to teach the world to sing. Coca-Cola
Y nos toca ya cerrar con esta joya tanto para el mundo del
marketing como para el de la música, que, cómo no, tenía que ocupar el puesto
número 1 de esta lista. Considerado por muchos como el anuncio más famoso del
mundo, este jingle roza la perfección. Fue lanzado en 1971, al comienzo de una
de las décadas más revolucionarias de la segunda mitad del siglo XX, dos años
después del estallido del movimiento hippie. La idea detrás de la canción es
que la Coca Cola es algo cotidiano, algo que encontramos en todas las
comunidades y culturas y que, por tanto, nos une a todo el mundo. En el vídeo
es interesante apreciar como todas las personas son jóvenes y de distintas
etnias y razas. Otro dato curioso: fue el anuncio más caro del mundo en su
momento, llegando a costar 250.000$.
BillBacker, compositor del tema, dijo: "So that was the basic idea: to see Coke not
as it was originally designed to be — a liquid refresher — but as a tiny bit of
commonality between all peoples, a universally liked formula that would help to
keep them company for a few minutes."
También llama la atención como el mensaje positivo que manda
el anuncio apelando a la compañía y al sentimiento de cercanía se refleja tan
bien en el coro de voces en el que consiste la canción. Y es que es
objetivamente muy buena canción, como se puede ver en el éxito que tuvo tras el anuncio: se produjo y se volvió a grabar en un estudio el tema y llegó a ser número uno en Reino Unido
y número 7 del Billboard Hot 100. Aquí te lo dejo, ¡hasta la próxima!
Esta primera entrada de mi blog la quiero dedicar a explicar lo que voy a intentar hacer a lo largo de los siguientes meses con esta página.
Como bien habrás podido leer, voy a dedicarme a escribir sobre la relación que existe entre marketing y música. Cuando uno piensa acerca de este tema probablemente lo primero que le venga a la cabeza sea la "agradable" la canción del Mercadona y algún que otro "jingle" de anuncios televisivos que, por razones que escapan de cualquier lógica, todos tenemos pegados en la cabeza. Quizás, los que me conozcáis mejor creáis que me voy a pasar el día escribiendo sobre la música "comercial" y superficial orientada a vender y tener más views o streams vs la música "real", la que nunca pasa de moda (para algunos), tiene un significado y está dirigida a tener un impacto artístico en sus oyentes.
Sin embargo, no voy a caer en la trampa de dedicarme
exclusivamente a ninguno de estos tópicos. En los últimos años me he dado
cuenta de que el consumismo en el que vivimos es algo tan inherente a nuestra
sociedad que no solo está presente en casi todos los aspectos de nuestra vida,
sino que todos los aspectos cotidianos de nuestra vida están presentes en él, ¡incluso
la música! Es tan importante el papel del consumismo que, si voy a hablar de marketing y música, considero necesario hacer un
estudio más completo de su relación con la música, están en relación recíproca
y continua. Por tanto, en este blog me voy a dedicar a escribir sobre cualquier
aspecto en el que se relacionen música y marketing.
Escribiré de música usada o hecha para el marketing de algún
producto. Algún otro día hablaré del proceso de marketing que hay detrás de la
música y de cómo afecta esto a la música. También contaré historias de cómo
música y un producto pueden beneficiarse mutuamente y servir el uno al otro
cómo instrumentos de marketing. Como decía, están en una relación continua y de
lo más diversa…
Por hoy creo que ya hemos tenido suficiente, pero no se vayan muy lejos, esto era solo el movimiento introductorio, pronto vendré con más entradas. Stay tuned!
Y para cerrar, como quiero que vaya siendo costumbre, voy a subir una canción, ¡hoy le toca a Mac Demarco!