jueves, 27 de abril de 2017

La difícil relación entre la música, los músicos y el marketing político

Como ya he comentado más de una vez, la música tiene una capacidad mágica para transmitir mensajes. Es por ello que no ha de extrañar a nadie que sea un recurso muy utilizado hoy en día en la política, y en especial en las campañas electorales. Si bien es verdad que en España nuestra política no está tan “avanzada” en ese aspecto, el uso de música fuera de nuestro país es un recurso muy utilizado, sobre todo en países como E.E.U.U., dónde el show business en campañas políticas consiste el pan de cada día.

Corría el año 1984 y Ronald Reagan comenzaba su campaña electoral para salir reelegido presidente por segunda vez. El antes actor de Hollywood era perfectamente consciente de que intentar volver a conseguir los votos no iba a ser coser y cantar. Tras su primer término se había ganado la antipatía de muchos republicanos, además de tener que aguantar constantemente las críticas de los demócratas que veían en el a un extremista obsesionado con la guerra fría. Reagan, bajo el eslogan “It´s Morning Again in America”, decidió apelar al sentimiento patriota estadounidense y se le ocurrió cometer el error citar a Bruce Springsteen y a su famoso tema “Born in the U.S.A.” a pesar de que el músico le había prohibido en privado usar su canción. Hay que tener en mente que Born in the U.S.A. (que, por cierto, no habla de las virtudes sino de los defectos del sueño americano y con un tono más bien pesimista, aunque su estribillo pueda incitar a lo contrario) era por entonces el gran hit del momento y Bruce se había establecido como el cantautor por excelencia americano; así, lo que en un principio sirvió para ganar votos, le acabó costando caro a Reagan al provocar la ira del músico, que decidió usar su fama para lanzar un mensaje político anti Reagan. Aunque al final Reagan volvió a ganar, se puede decir que este acto marcó un precedente en la relación música-marketing político, poniéndose multitud de artistas de renombre del lado de Springsteen.




Y es que, hemos de entender que la música también tiene su propia vertiente política. Muchos artistas usan su música para expresar su perspectiva sobre distintos asuntos o para hablar o defender sus ideales. Así pues, es normal que muchos músicos se enojen cuando se enteran de que un político está usando sin permiso sus obras para promocionar sus ideas, y más aun cuando el político del que hablamos se trata del polémico Donald Trump.




Trump ha estado utilizando distintas canciones icónicas durante la anterior campaña electoral estadounidense. Lo gracioso es que no ha podido usar ninguna de estas canciones de manera muy continuada porque la mayoría de las veces al día siguiente los músicos se daban cuenta y contactaban con su equipo prohibiéndoles el uso de los temas. Ejemplos tenemos a mansalva, destacables quizás son los casos de Queen (dónde el mismo Brian May tuvo que insistir en que se dejase de usar el épico tema “We Are The Champions”, que buscaba que se percibiera a Trump como el claro ganador antes de las mismas elecciones) y de los Rolling Stones (el magnate usó el famoso “You Can´t Always Get What You Want” con la intención de hacer un guiño a los Republicanos que tenían dudas acerca de si votarle o no).

Los Rolling también han sido partícipes de otro famoso incidente político, en este caso en Alemania. La actual canciller alemana, Angela Merkel, decidió usar a propósito de su nombre la canción “Angie” para su campaña electoral. Y como era de suponer, a Mick Jager y compañía (también conocidos como Sus Satánicas Majestades) no les hizo mucha gracia que la Unión Demócrata Cristiana usase uno de sus temas con fines políticos.

Y me despido ya definitivamente, espero que hayas disfrutado leyendo este blog tanto como yo escribiéndolo. ¡Paz y rock and roll!




Ignacio DR

lunes, 24 de abril de 2017

Kendrick Lamar DAMN.

El pasado viernes 14 de abril, el rapero de moda Kendrick Lamar sacó su cuarto disco DAMN., el cual no ha tardado en llegar a las listas de éxitos en todo el mundo y suena de fondo mientras escribo esta entrada. El tema principal del álbum es la dualidad contradictoria de la naturaleza humana en la persona, una cuestión reflexiva que Kendrick va ilustrándonos con ejemplos cotidianos. La temática reflexiva combinada con la excelente capacidad lírica y musical del artista ha llevado a que el rapero de Compton se sitúe en el número 17 de la lista de artistas más escuchados mundialmente en Spotify, con nada menos que casi 27 millones de oyentes mensuales, y le ha consagrado como uno de los mejores raperos de la historia.


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Pero este “bombazo” comercial también debe parte de su éxito al inteligente plan de comunicación que ha seguido el artista (y su equipo), gracias al cual ha tenido en vela a una legión de fans expectantes ante la publicación del álbum. Veamos esto más a fondo…

Habiendo sacado en 2015 su álbum To Pimp A Butterfly y al año siguiente otro disco sin título compuesto por múltiples canciones que no se publicaron en el disco de 2015, Kendrick hizo pensar a sus fans que ya tenían más que suficiente material suyo para, al menos, un par de años. Por eso mismo, cuando empezaron los rumores de que un nuevo álbum suyo estaba de camino el público reaccionó sorprendido. El rapero optó por jugar un papel eclíptico y decidió esperar unos meses sin confirmar ni denegar nada, hasta que un día borra todas las fotos de su cuenta de Instagram (donde tiene más de 4,6 millones de seguidores) y sube una foto que parece promocionar su nuevo álbum (recordemos que era su cuarto álbum de estudio).




No obstante, el artista nos engañó a todos. Esa misma noche saca como single “The Heart Part IV”, la cuarta entrega de uno de sus temas cuya portada resulta ser la misteriosa foto de Instagram (la cual luego fue borrada). Pero los fans no se decepcionan, la canción es buena y adquiere popularidad, pero tienen ganas de más, el mismo tema deja caer que va a haber un nuevo álbum en abril.

Y es que, en menos de una semana, Kendrick anuncia oficialmente el nuevo disco y saca el que será su primer y único single del disco: “Humble”. La atmósfera hasta entonces creada es idónea para la publicación de la canción, que debuta como nº 2 en la famosa lista de Billboard Hot 100 superada solo por “Shape ofYou” del cantautor Ed Sheeran.


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Dos semanas después, se publica DAMN. y se convierte en el disco más vendido de 2017 hasta la fecha. Chapeau! Aquí te dejo con mi tema favorito del álbum:

https://open.spotify.com/track/5AL46kwqlBX7qWP3qUppJe


Ignacio DR

sábado, 22 de abril de 2017

Portadas geniales de geniales álbumes

Como ya señalé hace tiempo, la portada es uno de los principales atributos funcionales de un álbum de música y hoy me apetece centrarme un poco más en este tema. No solamente la podemos ver en el “envase” de los CDs y vinilos, sino que también aparece presente en los medios de música digital. Una portada llamativa y con significado propio es una gran forma de caracterizar a un álbum y distinguirlo de otros álbumes, lo cual conlleva, si se hace propiamente, una mejor comercialización. Van aquí una serie de ejemplos ilustrativos, que seguro más de uno te suenan:


The Velvet Underground & Nico – The Velvet Underground




Diseñada por el mismo Andy Warhol (por entonces manager del grupo), es una auténtica obra de arte pop esta portada, y probablemente más conocida que el mismo grupo de Lou Reed en sí. No obstante, el contenido del disco está a la altura de la portada, ambos desprenden una sensación de experimentalismo vanguardista combinado con tradición y realismo. Un dato curioso sobre el disco: Inicialmente se previó que se tuviera la posibilidad de pelar la piel del plátano, bajo el cual encontrábamos un dibujo de un plátano rosa. Sin embargo, las pegatinas tenían que ser pegadas a mano, por lo que solo muy pocas ediciones de este tipo fueron producidas antes de que se hartasen los encargados.


Axis: Bold As Love – The Jimi Hendrix Experience




Jimi Hendrix, “el mejor guitarrista de la historia” según muchos, es el principal protagonista de este álbum lleno de rock psicodélico. La ilustración de la portada muestra a los tres miembros del grupo junto a los principales dioses hindúes. Llena de colores y simbología, es una imagen que sin duda llama la atención. La elección del motivo hindú se realizó porque se empezó a poner de moda en la cultura hippie todo lo que tuviera que ver con la India; de hecho, un año después de la producción del disco, los Beatles hacían su famoso viaje a la India. Curiosamente, Hendrix nunca llegó a estar completamente satisfecho con la portada, habiendo preferido haber usado un motivo relacionado con los indios norteamericanos, de quienes en parte descendía, antes que con los hindúes.


Never Mind The Bollocks – The Sex Pistols




Probablemente los Sex Pistols sean más conocidos por los líos que armaban y su actitud punk que por su música. Además, estéticamente sus apariencias y su carácter brutal no les ayudaban a conseguir más que notoriedad. Así pues, cuando el diseñador Jamie Reed tuvo que encargarse de elaborar una portada, para el que fue su álbum estrella, decidió prescindir de los miembros de la banda excusándose con un “They were ugly anyway”. En su lugar, Reed diseñó aposta una portada cuyo principal objetivo era ser llamativa a la vez que representativa de la estética punk. Viendo las pintas de los músicos y la portada del álbum, podemos concluir que no fue una mala decisión.


Dark Side Of The Moon – Pink Floyd

Si eres una de las grandes bandas de rock que jamás habrá en la tierra, la portada de tu álbum más trascendental no es un asunto baladí. Y es que detrás de esta simple portada, que ha pasado a convertirse en un símbolo de la música, encontramos un mágico simbolismo: La pureza y a la vez diversidad de la música (de Pink Floyd), pasando por el triángulo, que representa la ambición.




American IV: The Man Comes Around – Johnny Cash




Se trata del último disco que sacó en vida el cantautor norteamericano, publicado a poco menos de un año de su muerte. Como los otros volúmenes de la serie de discos “American”, la portada se caracteriza por un tono oscuro, triste e incluso reflexivo que armoniza a la perfección con el contenido del álbum. Las grabaciones son en su mayoría versiones magistralmente elegidas e interpretadas, a destacar especialmente esta versión del hit de “Nine Inch Nails”.




Ignacio DR

jueves, 13 de abril de 2017

Los músicos como prescriptores

Hoy vengo a hablar sobre una técnica de marketing que muchas compañías utilizan: el uso de prescriptores, vulgarmente conocido como: utilizar a gente “famosa” para el anuncio de tu producto, servicio o marca. En concreto, me voy a centrar en la figura de los músicos como prescriptores.

Y es que si tenemos en cuenta el poder de influencia que tienen algunos músicos, llegando a tener ejércitos de fieles seguidores que les ven como modelos de vida y muchas veces solo por el hecho de hacer buena música o por su imagen (aunque también en muchos otros casos haya connotaciones políticas por enmedio), no podemos sino concluir que se trata de un gran instrumento de comunicación. Voy con algunos ejemplos:


1. Gorillaz y Converse

La compañía americana Converse lanzó en 2012 una colección de zapatillas con motivo de la celebración de los 10 años de la banda virtual de Damon Albarn. Como se puede ver en la imagen, las zapatillas consisten en los clásicos modelos Converse con diseños consistentes en los motivos de los álbumes de la banda o sus pintorescos miembros. Por su parte, Gorillaz produjo un tema promocional en cuyo extraño videoclip podemos ver constantes referencias a la marca de zapatillas.




2. Iggy Pop y Schweppes

Iggy Pop, leyenda de la música punk, una estrella de rock en toda regla, conocido no solo por su música sino por su actitud rebelde y vida pasada de toda clase de excesos. ¿Qué mejor persona para anunciar el intenso sabor de este producto de Schweppes “solo para adultos”? Te dejo con el divertido spot publicitario.




3. Run-D.M.C. y Adidas

Un caso curioso es el del grupo de hip hop americano Run DMC y Adidas. Los raperos eran grandes fans de la marca deportiva y cuando empezaron a ganar fama decidieron dedicarle este gran tema a cambio ser su imagen pública y poco más. Sobra decir que la canción fue un éxito tanto para el grupo como para Adidas, quién desde entonces ha seguido patrocinando a importantes figuras del hip hop como Kanye West.




4. Pete Doherty y Roberto Cavalli

Pete Doherty, el problemático cantante inglés, hizo de imagen pública de la nueva colección del diseñador Roberto Cavalli allá por 2007 junto con su actual expareja la supermodelo Kate Moss. En la imagen abajo, posando como Marlon Brando.




5. Jarabe de Palo y el documental Jarabe contra el cáncer

Pau Dones, líder de Jarabe de Palo y enfermo de cáncer sirve de imagen en este documental que nos explica el día a día de un enfermo de cáncer y busca hacer reflexionar a la sociedad y en especial a los que padecen cáncer sobre esta extendida y grave enfermedad. Es un buen ejemplo de marketing social y para instituciones sin ánimo de lucro (la Asociación Española Contra el Cáncer) y animo a todos a ver el documental.




Ignacio DR

viernes, 7 de abril de 2017

La música como producto (IV): El siglo XXI y las nuevas tecnologías

El boom de las nuevas tecnologías ha revolucionado al mundo entero salvo algunas pocas excepciones. Este no es el caso de la industria musical, cuya dinámica de negocio ha dado un giro copernicano con la implantación sucesiva de los distintos avances tecnológicos.

En un primer momento la aparición de la música en formato digital implicó grandes cambios para la forma de comercializar la música. Ya no era necesario comprar físicamente el tan aclamado y moderno CD para escuchar música porque podías adquirirla en formato digital a través de portales de descargas de distinta índole, como por ejemplo iTunes. Esta etapa se caracterizó también por la aparición del Mp3 y el iPod, auténticos símbolos de la generación de melómanos de principios de los 2000, donde podías llevar encima tu música descargada sin ocupar apenas espacio.



Pero el gran avance se produce unos pocos años más tarde con la aparición de los servicios de streaming. Al igual que la música digital fue el causante de la decadencia del CD, los servicios de streaming han provocado que el número de descargas (tanto ilegales como legales) de música desciendan drásticamente. Lo que caracteriza a esta nueva forma del negocio musical es que, al contrario que el CD o la música digital, donde se vendía un producto tangible (en el caso de las descargas digitales, aunque no fueran directamente tangibles, estas ocupaban espacio de memoria en dispositivos electrónicos), aquí se vende un servicio intangible. La necesidad de escuchar música ha pasado de estar satisfecha por un producto a hacerlo mediante un servicio.

Consecuencia de esta última idea es que se pase de vender la propiedad de la música, como se venía haciendo desde la aparición de las discográficas (tu comprabas un disco y ese disco era tuyo), a vender su uso ilimitado (te haces cuenta de Spotify y no eres propietario de ninguna canción, pero puedes acceder sin problema a cualquier canción). El streaming tiene básicamente dos modelos de negocio: Suscripción y el acceso gratuito. La suscripción consiste en el pago de una cantidad fija mensual a cambio del acceso ilimitado a las canciones, ejemplos son Spotify, Apple Music o Tidal, aunque fuera del negocio musical también encontramos suscripciones (p.e. series y películas: Netflix, HBO, Yomvi…). Con el acceso gratuito lo que se hace es ganar dinero a través de anuncios, el ejemplo más claro es Youtube, aunque también Spotify tiene posibilidad de acceso gratuito.

A raíz de lo dicho, cabe pues reflexionar sobre este cambio de panorama en la industria musical que se ha dado en lo que llevamos de siglo y concluir que el mayor beneficiario es la sociedad, que tiene al alcance de su mano mucha más música y a menor precio que antes. Para cerrar te dejo la canción de Spotify con más reproducciones hasta el momento, a día de hoy más de 1.177 millones.



Ignacio DR

domingo, 2 de abril de 2017

La música como producto (III): La música comercial

¿Qué son las canciones comerciales? ¿Acaso existe la música comercial de por sí, o es solo un mero adjetivo que se usa para designar a aquellos temas que más triunfan en las listas de ventas? ¿Qué es lo que hace que pueda llamar comercial o no comercial a una canción?

En esta entrada voy a tratar de dar respuesta a estas preguntas y a alguna que otra más. Hablé hace ya algún un tiempo del nacimiento dela música como producto y de cómo implicó la asunción de una nueva concepción de la música (cómo producto) que desde entonces acompaña a la concepción tradicional de la música cómo forma artística de expresión. Pues bien, podríamos denominar música comercial a toda aquella música que desecha en gran parte su faceta artística en pos de la faceta de producto. Se trata de música que no se hace con vistas a crear una pieza de arte, sino que se orienta a su venta y a su mejor comercialización.

Ahora bien, si esto es verdad, ¿cómo consigo que se venda mejor una canción? A lo mejor las primeras ideas que te pueden venir a la mente son algo así como “pagando a la radio o a DJs para que den a conocer el tema y lo hagan famoso”, o “haciendo colaboraciones con artistas conocidos”, pero la realidad de la industria musical es muy distinta. La “magia” del marketing aquí radica principalmente en el proceso de la elaboración de la canción. El método más usado por los músicos es el empleo de determinadas progresiones de acordes, en concreto la progresión más común en nuestras listas de éxitos deriva del Canonen Re del músico barroco Pachelbel. Esta progresión está formada solamente por cuatro acordes y, sin embargo, tiene algo cautivador, algo que agrada a nuestro oído por naturaleza. Pero lo alucinante es que la podemos encontrar en CASI TODA la música actual, no bromeo, apenas hay artistas contemporáneos que se hayan privado del uso de esta dulce progresión. Aquí van varios ejemplos recogidos en este genial monólogo:




Y es que dicha progresión es una buena fórmula para triunfar, es desde luego pegadiza y es una progresión con suficientes cambios para considerarla expresiva. Si te vas a las listas de las canciones más exitosas de música pop vas a encontrar estos cuatro acordes a mansalva, lo dice hasta el mismo Ed Sheeran:


 


Pero fijémonos también en el otro lado de la moneda, aprovechándose de esas mismas ventajas, muchos músicos interesados principalmente en vender antes que en hacer música sacan continuamente temas con la misma progresión de fondo, destruyendo la originalidad. Por poner un ejemplo fácil y contemporáneo, el reggaetón abusa de esta técnica sin mayor pretensión aparente que la de ser una música pegadiza y bailable, si uno se fija bien casi la totalidad de los temas de reggaetón más populares del momento usan esta técnica. Conviene pues preguntarse si de verdad hay algo de valor artístico en hacer 100 veces la misma canción.

El problema radica a mi vista en el afán de querer lucrarse con la música a costa de la pérdida de calidad de esta. Las consecuencias de esto son básicamente negativas: aparte de la ya comentada falta de originalidad, el producir solo canciones de corta duración buscando la inmediatez y huyendo de la complejidad musical, las letras de baja calidad, la desaparición del concepto de álbum frente al auge de los singles… Son todas consecuencias del mismo problema.

Pero tampoco quiero condenar el uso de los cuatro acordes, después de todo es un recurso más que todo músico puede usar y su uso (moderado) ha producido grandes resultados, también desde un punto de vista artístico. Como prueba de esto, y ya para cerrar te dejo esta canción/recopilación de canciones, a ver cuántas reconoces:




Ignacio DR

martes, 7 de marzo de 2017

El Audiobranding, la música, el marketing y nuestra mente

Es sabido por todos que la música tiene el enorme poder de influir en nuestro sistema emocional e incluso en nuestro pensamiento. ¿Quién no se siente igual de motivado que Rocky Balboa antes de un combate cuando escucha Eye Of The Tiger?, ¿quién no se ha entristecido y parado a reflexionar sobre su vida escuchando The Scientist del grupo inglés Coldplay? Y es que, al escuchar música que es de nuestro agrado, nuestro cuerpo automáticamente produce dopamina y una zona del oído interno conocida como sacculus estimula al cerebro para que libere endorfinas, causándonos todo ello una sensación de placer.




Por supuesto que este fenómeno es conocido por las grandes empresas. Estas juegan constantemente con la importancia de la música a la hora de la toma de decisiones por un cliente, hasta llegar al punto en que se ha desarrollado una división específica orientada a estudiar el uso estratégico de la música en el marketing: el “audiobranding”. Esta rama de estudio otorga a la música una nueva finalidad distinta de la artística o la de ser un producto: la comunicativa; la música es un excelente medio para vender las cualidades de tu producto o marca u otorgarles un valor añadido. En un estudio llamado Sounds Like Branding, llevado a cabo por la agencia Heartbeats International, se preguntó a grandes empresas globales, como Heineken, McDonald´s, BMW, Nokia, Pepsi, Audi, Rolex o Adidas, entre otras, acerca de sus estrategias musicales. Los resultados mostraron que el 97% de las empresas admitieron que la música puede reforzar su marca. El 76% dijo que usan activamente la música en su marketing. Y 7 de cada 10 firmas piensan que la música adquirirá mayor importancia en el futuro.

No obstante, se ha de ser precavido y estudiar que música ha de acompañar a tu producto o marca con detalle. Hay muchos géneros distintos de música y cada uno es único en su esencia y transmite su mensaje, que si no casa bien con el anuncio puede acabar siendo un desastre, como este casi cómico ejemplo de servicios financieros y ópera...




Pero también puede tener éxito la simbiosis entre música y publicidad y salir maravillas como este anuncio de Heineken.




La elección de una canción tan conocida y con tantos altos y bajos como es Bohemian Rhapsody da en el clavo. No solo nos hace sentir identificados con los montones de personas que aparecen en el anuncio cantando el tema de Queen, sino que también muestra que el beber cerveza Heineken es algo común a todos, como lo es cantar esa canción (cantes mal o bien).

Nos vemos.




Ignacio DR

miércoles, 1 de marzo de 2017

La música como producto (II): ¿Cómo se comercializa un álbum?

Hablaba el otro día de los orígenes de la música como producto y de cómo esa nueva forma de concebir la música revolucionó entonces el mundo musical y aún sigue haciéndolo. Siguiendo esta línea, quería abordar hoy el tema de cómo se comercializa el producto música.

Antes de nada, hay que tener en mente que la música, como producto que se vende, puede adquirir múltiples formas (comprarte en una tienda de discos un vinilo clásico del White Album de los Beatles, descargar vía iTunes el single que tanto te gusta de la nueva sensación musical de turno, pagar una suscripción mensual de Spotify para poder acceder a casi infinitas canciones...). El post de hoy lo voy a dedicar a cómo se comercializa el Compact Disc de un álbum, principalmente por dos razones:
  • El CD fue la última forma a través de la cual que se comercializó la música “física” (por llamar de alguna manera a la música no digital), después llegó el Internet y la música online o descargada.
  • El álbum sigue siendo el medio más usado por los músicos para dar a conocer su arte, cuando un músico tiene una idea y la trasforma en música suele escribir varias canciones. Es cierto que también existen las One Hit Bands (prueba, como ya hablare algún día, de la excesiva comercialización de la música), grupos que se dedican a sacar singles con no mayor aspiración que la de ser una moda pasajera y luego caen en el olvido; pero no hice este blog para hablar de músicos de pacotilla y sin calidad artística, hablemos de músicos de verdad, da igual el género, hablemos de los grandes: Bob Dylan, Miles Davis, Pink Floyd, Joaquín Sabina, Michael Jackson, Silvio Rodríguez, Arctic Monkeys, Biggie Smalls, Aphex Twin, Paco de Lucía y muchos más. 

 


Aunque a día de hoy se siguen vendiendo y produciendo discos, en los últimos años el CD ha pasado a un muy segundo plano en el mercado de la música. Personalmente, como te podrás imaginar, soy un gran defensor de la música física. Por cumpleaños o eventos casi siempre suelo regalar, sino libros, CDs elegidos a conciencia a familiares o amigos. Y es que soy de esas pocas personas que disfrutan exageradamente el encender y abrir el reproductor de discos, el sentir en mi mano la caja del disco y el poder leer el librito informativo que acompaña al disco mientras escucho relajado en mi sillón el contenido completo del CD en orden. Este ritual, que requiere tiempo y calma, tiene un gran valor y connotación casi religiosa para mí. Es por eso que me entristece ver que el CD es un producto que está en fase de declive y no tiene pinta de existir remedio alguno; admito totalmente que la música digital tiene sus ventajas, pero esa experiencia es otra cosa más que, poco a poco, nos roba la tecnología. No obstante, el lado positivo de todo esto lo encontramos en que, aunque el mercado de CDs se ha convertido en un mercado minoritario donde cada vez acudimos menos personas, la gente que acude está más informada y tiene mejor criterio.

Consecuencia de esto es que no haya muchos sitios donde comprar CDs: Los podemos encontrar en tiendas de discos especializadas en ello (aunque cada vez quedan menos), en tiendas más grandes especializadas entre otras cosas en música (el mejor ejemplo: Fnac) y en tiendas aún más grandes (como El Corte Inglés) donde sigue habiendo una sección con CDs, aunque menos especializada que en las anteriores tiendas.

Llegado el momento de vendernos un disco (y esto también se aplica a toda la música como producto) las discográficas apenas pueden jugar con atributos de los CDs, encargándose sobre todo de la grabación, promoción a través de conciertos y otros medios y distribución del CD. Los atributos del producto dependen pues, en su mayor parte, del artista, condicionado por su calidad y su fama. Dividiendo estos atributos según la clasificación vista en clase nos encontramos con:
  • Atributos físicos: En este caso son las canciones que conforman el disco y el artista o grupo que sea, forman parte de la naturaleza del producto.
  • Atributos funcionales: Otorgan un importante valor añadido al producto. Podríamos señalar que son la portada, la cual decora el envase a la vez que nos da información útil, y la discográfica (sobretodo para oyentes más educados), un ejemplo: todo amante del jazz que se precie conoce el sello Blue Note.



Esta es una de mis portadas favoritas, es del álbum Unknown Pleasures del grupo inglés Joy Division. Las enigmáticas líneas, además de ser estéticamente llamativas simbolizan la epilepsia, enfermedad que padecía el cantante del grupo Ian Curtis. El mensaje detrás de esta portada es que se trata de una música muy personal a la vez que triste y dura. El álbum está considerado como una obra maestra y la portada se ha convertido en un símbolo de la época post-punk de finales de los años 70.

  • Y por último, atributos psicológicos: El más relevante es una buena crítica profesional del álbum. A toda discográfica le gusta fardar de los premios o buenas críticas recibidas y venderlos al consumidor.

La clave está pues en poseer y saber vender a los consumidores estos atributos unido a una buena estrategia de ventas y promoción por parte de la discográfica. Me despido con un poco de Joy Division.



Ignacio DR

viernes, 24 de febrero de 2017

La música como producto (I): Orígenes

Desde que el mundo es mundo, la música siempre ha sido considerada como una de las manifestaciones artísticas más puras y expresivas de las que gozamos. Con el paso del tiempo, esta forma de arte pasó a ser concebida como una carrera y, por ende, como una profesión. Los mecenas y monarcas mantenían y pagaban a gente dotada que había estudiado música para que les compusieran magníficas piezas y las interpretasen en sus fiestas, reuniones o misas. No obstante, solo unos pocos privilegiados podían disfrutar de la música y esta no llegaba nunca a estar en el mercado, o al menos en un mercado lo suficientemente amplio.



Pero no me quiero remontar tampoco al año de la pera, así que vamos a avanzar hasta finales del siglo XIX/principios del XX. Nos encontramos una época donde ya se empiezan a ver claramente los efectos de la industrialización en casi todos los ámbitos: las calles de la ciudad se han llenado de obreros y fábricas, el campo se ha vaciado, las máquinas y mejoras están cambiando para siempre la sociedad; pero centrándonos en lo que nos concierne ahora: es la época del nacimiento de la industria musical. Este momento va a marcar un antes y un después en la historia de la música, es aquí cuando los compositores y editores toman conciencia de que pueden proteger los derechos sobre sus obras y comercializarlas al gran público. Ese día nace una nueva vertiente de la música, que es la que predomina hoy en día y tiene toda pinta de seguir a la cabeza: la música como producto.

Como era de esperar, este negocio tuvo un éxito rotundo, millones de personas vieron este hecho como una oportunidad de satisfacer su necesidad de escuchar música. Ya no necesitabas ir a un club de jazz o al auditorio a escuchar música (lugares con aforos limitados y donde si llegabas tarde o te tenías que marchar antes, te ibas a perder parte de la función) ahora eras tú el que podía elegir dónde y cuándo escuchar música. Esta fiebre afectó tanto a la población que el precio de la música grabada fue rápidamente superior al de la música en vivo, manteniéndose así hasta entrados los años 70. Y es que ciertamente esto es algo inconcebible hoy en día, dónde hay discos que puedes comprar en fnac por 5 € mientras que hay conciertos, cómo aquel épico recital de los Rolling Stones al que tuve la suerte de ir, que superan los 100 €. He aquí la prueba:


109 € amigo, mirando desde atrás solamente puedo decir que valió la pena…

Y una vez que la música se ha convertido en producto, ha de tener marketing detrás de ella. Durante estos primeros años nos encontramos con lo que parece ser, siguiendo la terminología de Kotler, un marketing 1.0. Por un lado, tenemos a los consumidores, fascinados por esta nueva dirección que ha tomado la música, quieren disfrutar de ella y de sus múltiples ventajas y ponen todo su empeño en ello, antes que en informarse. A su vez, las primeras discográficas también se centran casi exclusivamente en la venta y desarrollo del producto. Aquí te dejo algunas imágenes de cómo eran “las portadas” y el diseño de los discos que se ponían en los gramófonos por entonces:






Como puedes ver Columbia era una de las grandes discográficas pioneras. El diseño básico de los discos (que era lo que los consumidores ponían en su casa) y el contraste con el colorido de las portadas (lo que veían los consumidores al ir a comprar las grabaciones) ilustra la dirección de este marketing "primitivo" del mundo de la música.

Te dejo con un clásico para rematar, ¡hasta la siguiente!



Ignacio DR

jueves, 16 de febrero de 2017

Cinco grandes Jingles publicitarios

Querido lector, hoy te vengo a hablar acerca de los jingles. Por si quizás no lo sabías, un jingle es una melodía original, normalmente pegadiza, compuesta para llevar un mensaje publicitario en su letra. Y es que, sin duda, la música es un aspecto crucial cuando estás anunciando un producto en medios como la TV, Internet o la radio; es por eso que el uso de un jingle puede ser una forma muy hábil de hacer comercializar un producto, aunque también hay que saber cuándo recurrir y no cuándo no recurrir a esta técnica. Como ahora veremos, el plus que te da el uso de estas “cancioncillas” a la hora de hacer marketing de un producto consiste en que te permiten definir mucho mejor tu producto por medio de la música, que va más allá de donde un simple anuncio llega, y también te ayudan a diferenciar y reconocer rápidamente el producto y la marca. Para explicarte mejor este concepto de “anuncio musical” que viene a ser el jingle te traigo cinco grandes ejemplos, algunos de los cuáles probablemente conozcas.


5. Marcamos las normas. Desperados

Empecemos con este anuncio que la marca de cerveza Desperados realizó en 2015 para su emisión en anuncios en Internet.



He escogido este anuncio porque, independientemente de que la gente se sienta más o menos identificada, va dirigido a la gente de mi generación. El mensaje de la canción es claro: los jóvenes actuales somos una generación enérgica, a la que le gusta la fiesta y el disfrute, pero que también tiene sus sueños y aspiraciones y está dispuesto a trabajar por ellas. Este significado que posee la canción quiere llamar la atención de los jóvenes, los cuales forman una parte importante del mercado de consumidores de cerveza, y colocar a Desperados como una de esas marcas jóvenes con las que se pueden sentir identificados la generación de jóvenes actual.


4. Things go better with Coke. Coca-Cola

Dicen que es casi imposible hablar de marketing sin mencionar en ningún momento a Coca Cola, y es que la compañía de Atlanta es toda una experta cuando llega el momento de comercializar sus productos. Durante los años 60 alguien tuvo la genial idea de elaborar una campaña publicitaria a base de jingles y se decidió contratar a artistas de primera categoría. RoyOrbison, Neil Diamond, Otis Redding, Ray Charles & Aretha Franklin, entre otros colaboraron grabando estos breves anuncios bajo el eslogan “Things go better with Coke”. El resultado es increíble, los jingles evocan a los maravillosos temas de estos músicos, incluso melódica e instrumentalmente. Si hasta Otis Redding piensa que el mundo es un lugar mejor con Coca Cola, ¿por qué no va a ser cierto?



3. San Juan. Estrella Damm




Le toca el turno ahora a uno de mis anuncios favoritos. Aunque en sentido estricto no se puede considerar un jingle, puesto que la canción fue compuesta antes y de manera independiente del anuncio, también es verdad que la banda que toca la canción no es un grupo muy conocido (y menos lo era por entonces) y que para hacer el anuncio se reunió de nuevo al grupo para que interpretaran esa canción en el anuncio. Todo esto ha llevado a que la canción sea conocida vulgarmente como “la canción del anuncio de Estrella Damm”, por lo que, a efectos de esta entrada, cuela como jingle.

¿Pero que nos quiere vender este anuncio? Estrella Damm es una cerveza cuyo mercado directo se encuentra en la costa levantina y las islas Baleares, de ahí su eslogan “Mediterráneamente”, de ahí que todos los veranos intente y consiga volver a relacionar su producto con el Mediterráneo español de maneras asombrosas. Y lo alucinante es que esta música de “buen rollo” concuerda a la perfección. Cualquiera que haya estado en las islas Baleares en verano (especialmente en Menorca, que es donde tiene lugar el anuncio) sabrá bien que es lo que quiere transmitirnos este anuncio: verano, enamorarse, barco, descansar, disfrutar… Voy a dejarlo ya antes de que me ponga nostálgico.

2. La canción del Cola Cao. Cola Cao

La canción que todos sin excepción hemos oído y cantado alguna vez en nuestra niñez. Es el ejemplo perfecto de jingle, una canción sencilla, pegadiza y que te describe las cualidades y demás características del producto. El Cola Cao ha sido y lleva siendo de toda la vida una bebida de desayuno y merienda dirigida a los más pequeños (o no tanto), su alto contenido en cacao y vitaminas le hacen una bebida idónea para dotar a uno de fuerzas a la hora de hacer deporte. ¡Qué más quieren! ¡Disfruten!



1. I´d like to teach the world to sing. Coca-Cola

Y nos toca ya cerrar con esta joya tanto para el mundo del marketing como para el de la música, que, cómo no, tenía que ocupar el puesto número 1 de esta lista. Considerado por muchos como el anuncio más famoso del mundo, este jingle roza la perfección. Fue lanzado en 1971, al comienzo de una de las décadas más revolucionarias de la segunda mitad del siglo XX, dos años después del estallido del movimiento hippie. La idea detrás de la canción es que la Coca Cola es algo cotidiano, algo que encontramos en todas las comunidades y culturas y que, por tanto, nos une a todo el mundo. En el vídeo es interesante apreciar como todas las personas son jóvenes y de distintas etnias y razas. Otro dato curioso: fue el anuncio más caro del mundo en su momento, llegando a costar 250.000$.

BillBacker, compositor del tema, dijo: "So that was the basic idea: to see Coke not as it was originally designed to be — a liquid refresher — but as a tiny bit of commonality between all peoples, a universally liked formula that would help to keep them company for a few minutes."

También llama la atención como el mensaje positivo que manda el anuncio apelando a la compañía y al sentimiento de cercanía se refleja tan bien en el coro de voces en el que consiste la canción. Y es que es objetivamente muy buena canción, como se puede ver en el éxito que tuvo tras el anuncio: se produjo y se volvió a grabar en un estudio el tema y llegó a ser número uno en Reino Unido y número 7 del Billboard Hot 100. Aquí te lo dejo, ¡hasta la próxima!



Ignacio DR

jueves, 9 de febrero de 2017

Música y Marketing, el comienzo


Esta primera entrada de mi blog la quiero dedicar a explicar lo que voy a intentar hacer a lo largo de los siguientes meses con esta página.

Como bien habrás podido leer, voy a dedicarme a escribir sobre la relación que existe entre marketing y música. Cuando uno piensa acerca de este tema probablemente lo primero que le venga a la cabeza sea la "agradable" la canción del Mercadona y algún que otro "jingle" de anuncios televisivos que, por razones que escapan de cualquier lógica, todos tenemos pegados en la cabeza. Quizás, los que me conozcáis mejor creáis que me voy a pasar el día escribiendo sobre la música "comercial" y superficial orientada a vender y tener más views o streams vs la música "real", la que nunca pasa de moda (para algunos), tiene un significado y está dirigida a tener un impacto artístico en sus oyentes.


Sin embargo, no voy a caer en la trampa de dedicarme exclusivamente a ninguno de estos tópicos. En los últimos años me he dado cuenta de que el consumismo en el que vivimos es algo tan inherente a nuestra sociedad que no solo está presente en casi todos los aspectos de nuestra vida, sino que todos los aspectos cotidianos de nuestra vida están presentes en él, ¡incluso la música! Es tan importante el papel del consumismo que, si voy a hablar de marketing y música, considero necesario hacer un estudio más completo de su relación con la música, están en relación recíproca y continua. Por tanto, en este blog me voy a dedicar a escribir sobre cualquier aspecto en el que se relacionen música y marketing.

Escribiré de música usada o hecha para el marketing de algún producto. Algún otro día hablaré del proceso de marketing que hay detrás de la música y de cómo afecta esto a la música. También contaré historias de cómo música y un producto pueden beneficiarse mutuamente y servir el uno al otro cómo instrumentos de marketing. Como decía, están en una relación continua y de lo más diversa…

Por hoy creo que ya hemos tenido suficiente, pero no se vayan muy lejos, esto era solo el movimiento introductorio, pronto vendré con más entradas. Stay tuned! 

Y para cerrar, como quiero que vaya siendo costumbre, voy a subir una canción, ¡hoy le toca a Mac Demarco!


Ignacio DR